lunes, 15 de octubre de 2018

Mundo desconocido...



De alguna forma la quietud de la noche me muestra un mundo diferente.
Se escuchan los ladridos de un perro distante. Algunos autos pasar por una calle cercana.
Podría incluso cerrar los ojos y ver varias casas donde sus dueños duermen plácidamente. Mientras en la oscuridad de la cocina pulsa el reloj, o mientras en el mueble del living la escultura de un ángel mira sonriente hacia el frente, pero sus ojos fríos no ven.
Y en alguna terraza, bar, discoteca o banco... alguien solitario como yo, pensando en lo enrarecido del aire de esta noche.
En alguna plaza tal vez... inspeccionando el pasto o los arboles, o viendo o escuchando a otras personas siendo mas sociales que él.
El cielo negro sin embargo esta vez no lo hace alejarse a otros mundos.. sino que esa bóveda negra lo encerraba en este planeta, y mas específicamente en aquel lugar, el único que había conocido.
Ahora recuerdo esa sensación de cuando era apenas un niño a quien sus padres llevaron a la playa.
Era igual que ahora, de noche... apenas podía ver las aguas moverse y el sonido de las olas era una experiencia que me acercaba a lo desconocido, una canción hipnótica constante. Algo emparentaba todo ese concepto a una sensación de peligro. Pero a la vez de soledad, quietud ininterrumpida y de la supremacía de la naturaleza, una fuerza alejada de toda imaginación. Ningún humano podría frenar ese sonido de olas.
Tal vez algún loco que haya salido de su casa a fumar un cigarrillo, apartado de sus conocidos, sienta lo mismo que yo al escuchar el viento pasar entre las hojas de los árboles. Y vea este mundo con unos ojos diferentes. Un mundo completamente desconocido.
Es por eso que paso mi vida... acomodándome en los rincones donde la calidez de un abrazo se sienta. Acumulando recuerdos de figuras que ya no están. Alguna vez estuvieron verdaderamente?
o todo esto es irreal?
El mundo a veces es demasiado frío, inevitablemente me proyecto y aparezco en otro lado, allí donde me gustaría estar.
Acabará algún día?

miércoles, 10 de octubre de 2018





Aferrarlo...





No había olvidado lo nervioso que me sentía al volver a hablarle después de un tiempo. Tampoco olvidaba la preparación que suponía todo ese proceso para encontrarnos.
Pague de la peor manera todo lo mal que hice. Todos mis errores. Haber sido insuficiente.
Pero al fin de cuentas voy a seguir tratando mantener lo preciado, unos valores dejados de lado que yo sabía muy bien.
Es difícil no poder decir ni una palabra aunque el momento lo pida.

Pero a veces muchas de sus preguntas quedaron respondidas en las consecuencias. Cuando todo iba en picada para mí mientras podían regocijarse, retorcerse en su falsa felicidad, darse el lujo de contentarse con sus envidiables, únicas y heroicas proezas.
Ni siquiera se habían tragado sus palabras, estas quedaban dispersas libres a través del viento. En un susurro siniestro que volvía a retorcerme y recordarme lo que sus bocas pronunciaron sin cuidado alguno.
Difícil querer hablarle y que te lo impidan. Complicado mantenerse cuerdo intentando descifrar lo que no es ni siquiera un acertijo. Soltando sus acciones sin detenerse en verdaderas ideas, no había nada detrás mas que beneficios propios. Imponerse el derecho a hacer lo que se le viene en gana. Ni siquiera tener un mínimo de respeto por nada.

La ciudad, el mundo quedaban solos.

Intentaré mantener el otro mundo.