miércoles, 10 de octubre de 2018

Aferrarlo...





No había olvidado lo nervioso que me sentía al volver a hablarle después de un tiempo. Tampoco olvidaba la preparación que suponía todo ese proceso para encontrarnos.
Pague de la peor manera todo lo mal que hice. Todos mis errores. Haber sido insuficiente.
Pero al fin de cuentas voy a seguir tratando mantener lo preciado, unos valores dejados de lado que yo sabía muy bien.
Es difícil no poder decir ni una palabra aunque el momento lo pida.

Pero a veces muchas de sus preguntas quedaron respondidas en las consecuencias. Cuando todo iba en picada para mí mientras podían regocijarse, retorcerse en su falsa felicidad, darse el lujo de contentarse con sus envidiables, únicas y heroicas proezas.
Ni siquiera se habían tragado sus palabras, estas quedaban dispersas libres a través del viento. En un susurro siniestro que volvía a retorcerme y recordarme lo que sus bocas pronunciaron sin cuidado alguno.
Difícil querer hablarle y que te lo impidan. Complicado mantenerse cuerdo intentando descifrar lo que no es ni siquiera un acertijo. Soltando sus acciones sin detenerse en verdaderas ideas, no había nada detrás mas que beneficios propios. Imponerse el derecho a hacer lo que se le viene en gana. Ni siquiera tener un mínimo de respeto por nada.

La ciudad, el mundo quedaban solos.

Intentaré mantener el otro mundo.

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